lunes, 4 de abril de 2011

Volví a soñar con víboras

Me compraba una víbora (¡me compraba una víbora!) y era una víbora venenosa y reversible. Me la iba poniendo a modo de guante largo que me llegaba hasta un poco más abajo del hombro. La víbora empezaba a volverse sobre sí misma, brazo abajo a la deriva pero lentamente, hasta que quedaba totalmente revertida, con la piel de afuera para adentro, con la piel de adentro para afuera. Después volvía a ponerse del derecho, digamos, haciendo un gran esfuerzo. Lo más impresionante era que para poder tomar fuerza para hacer todo ese mecanismo de reversibilidad, me tenía que clavar un poco los dientes en el brazo. Me clavaba los colmillos un poco y yo empezaba a sentir como un mareo imposible de saber si era real o si era pura sugestión. Era un mareo como si el veneno me estuviera drogando. Y me acordé de haber visto alguna vez en la tele una película de unos chicos que se hacían picar por alacranes o algo así para tener alucinaciones inducidas por el veneno. Decidí, en el sueño, sacarme la víbora del brazo. Pero estaba prendida, con los colmillos clavados cerca del hombro. La agarraba de la cabeza (¡la agarraba de la cabeza!) y la pobre me hundía los colmillos más y más. No salía sangre, pero me asusté, como ella. La tenía que sacar. Pensé en cortarme la mano con una tijera para que pudiera salir (¡cortarme la mano con una tijera!) y me dio impresión y pensé en el dolor y en la sangre. Entonces vi que la tenía que matar. Me dio pena. No era su culpa. Yo la había comprado y la había puesto ahí, en mi brazo. Realmente me dio pena, matar a la pobre después del capricho de comprarla. Le corté la cabeza con la tijera, agarré esa parte con un trapo y lo tiré al piso. Después me saqué el resto del cuerpo. Me quedaron rastros de marcas violeta a lo largo del brazo, como líneas de moretones paralelos, como caminitos.

5 comentarios:

Leo Mercado dijo...

Estás completa y absolutamente loca.

PD: No sería una media de esas largas que uno usa en privado durante el invierno? Mmmmm...

M. dijo...

Vos te ponés medias en los brazos, Leo...?

8-O

(Me estás asustando).

Leo Mercado dijo...

Sí, para darlas vuelta, cuando las descuelgo de la soga.
:)

(No te asustes: después de tu sueño sólo podría asustarte la posibilidad cierta de que te coma el cuco).

M. dijo...

Jajaja.
Claro. Es que yo no tengo soga! Debe ser una transmutación del deseo de tener soga y descolgar la ropa (más precisamente las medias).

(Bueno, no me asusto).

:-)

Leo Mercado dijo...

Si, eso estaba claro. Lo supe desde el principio...
:)