sábado, 19 de diciembre de 2009

(VERDADERO SUEÑO CLASE ZETA DE TERROR QUE TUVE UNA VEZ)

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Habíamos estado hablando de víboras y después soñé que iba caminando con mi hermana por el lado de un paredón cuando vimos una víbora gigante (muy gigante) que acechaba desde la vereda. Tenía la boca abierta para el lado del paredón, cosa que quedaba muy poco margen como para pasar caminando. Estaba apoyada doblada en el piso y quedaba como de torso parado. Como una cobra enojada, digamos, pero gigante. Además tenía unos colmillos que eran tan enormes que la punta en vez de terminar puntiaguda terminaba redonda. O sea, cada colmillo era como un solo bloque que terminaba en punta redonda. Como cuando se pone mucho zoom a un dibujo supuestamente puntiagudo en el Corel y se ve que en realidad es redondo. Mi hermana dijo la rodeemos y se fue a dar toda la vuelta por la parte de atrás de la víbora, pero yo pensé que era demasiada mala suerte que la víbora justo me mordiera si seguía de largo y pasaba entre ella y el paredón. Pensaba que no iba a ocurrir, que sería demasiado cliché. Eso mezclado con una especie de abulia, de falta de voluntad para ir a dar toda la vuelta. Entonces pasé nomás y la víbora, de hecho, me metió el tarascón, me agarró de un muslo, y eran de verdad tan gigantes y redondos los colmillos que hacía fuerza y no me podía traspasar la piel. La piel de mi pierna se hundía adaptándose a la forma del colmillo, pero el colmillo no lograba traspasar la carne. Y todo era en cámara lenta. Después no sé qué pasó. Me acuerdo que me desperté nerviosa. Y ahora cuento el sueño cuando comemos asado los domingos en mi casa. Siempre me acuerdo cuando comemos asado. No sé por qué.
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2 comentarios:

Gustavo (sí, el mismo) dijo...

Conclusión 1: mejor no hable de víboras.. ni de nada que después se le pueda apaecer en sueños (menos aún si es algo que muerde).
Conclusión 2: no le de bola a la pesadilla.. usté siga para adelante confiando en su intuición aunque a veces le falle y la muerdan, siempre es preferible un mordiscón a curar que las dudas que sobrevienen al deseo reprimido..

M. dijo...

Sí, lo que pasa es que no era por liberar mis deseos que pasé caminando por delante de la víbora. Era fiaca de ir a dar la vuelta por atrás. Para atrás lo mío. Pero bueno, habrá que ver qué pasa en la vida conciente. No dejaré de tener en cuenta la conclusión 2, Gustavo (sí, el mismo). La conclusión 1 también es muy considerable. Últimamente evito por ejemplo quedarme viendo películas escabrosas o leyendo cosas tormentosas antes de irme a dormir.
(Carita sonriente y saludos).